jueves, 25 de julio de 2013

La mañana arranca lenta, cansina, con los ojos que les cuesta amanecer. El frío hace a las calles monocromáticas, tenues y duras.
El día solo comienza de verdad cuando el primer mate se empieza a gestar, cuando el humito de vapor que nace de la yerba generosa traspasa el borde el mate, asciende por la bombilla, se eleva mágicamente y se pierde donde nacen las ganas de empezar una nueva jornada.

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