navegamos en esa pequeña embarcación que fuimos construyendo juntos. Al principio pensamos en hacer un barco más grande, un yate, un velero, un crucero, pero eso haría que estuviéremos que estar más lejos el uno del otro, uno atendiendo la cabina y el gro la sala de máquinas, de proa a popa sería mucha la distancia y tendríamos que gritarnos para poder escucharnos.Entonces nos decidimos por una embarcación más pequeña, que nos diera el espacio para entrar los dos y nos tuviéramos siempre cerca.
Como toda embarcación hay que saber dominarla, como toda embarcación tiene sus mañanas, como toda embarcación, cuando navega por aguas tranquilas es fácil llevarla pero cuando va por mar abierto y sopla el viento sur hay que saber sujetarse firme. Mentiría si no dijera que el mar bravo no da miedo, siempre esta el temor de que una furiosa ola tire a alguno de los dos por la borda o que nos hundiéramos junto con nuestra embarcación. Pero, con los años uno aprende que juntos es más fácil sobrellevar las tempestades.
Yo y ella…ella y yo, no importa el orden, lo que importa es que navegamos juntos.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Yo y ella...
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