viernes, 7 de marzo de 2014

Al final que poca cosa somos


Según consta en el Antiguo Testamento, Dios castigo al pueblo egipcio con diez plagas. Estas, en orden creciente de importancia, iban desde convertir el agua en sangre, invasión de ranas, una masa de mosquitos, tábanos que dañaban a personas y animales, olor pestilente que acabo con el ganado, úlceras y salpullidos incurables, una destructiva tormenta de granizo mezclada con fuego, langostas, una oscuridad tan pesada que se podía sentir físicamente y por último la muerte de los primogénitos. Como se pude apreciar toda la furia de Dios fue aplicada para el castigo de Egipto.
Entonces yo me pregunto, ¿que pasa con nosotros? sabido es que somos un pequeño país recostado al final del continente, casi no aparecemos en las noticias internacionales, nuestra influencia a nivel mundial es casi nula. Y no es que yo me este quejando, pero ¿nosotros somos menos que los egipcios? Dios en ves de mandarnos las diez tremendas plagas, nos manda una invasión de polillas, de míseras e insignificantes polillas, que ni siquiera son de las que comen la ropa. ¿Así es como Dios nos toma en cuenta? al final poca cosa.

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